De narrador de su vida, en colaboración con el guionista Lluc Oliveras (Confesiones de un gánster de Barcelona, El gran golpe del gánster de Barcelona y Mu vida en juego), Daniel Rojo se ha ido convirtiendo en un verdadero escritor de ficción con una serie de policiales negros que serán publicadas próximamente en España.

¿Leías literatura policial?

No he sido un consumidor de novela policial. De los ‘90 al 2000 me dio por la novela histórica, mucha novela histórica. Antes de que saliera el boom, a mí ya me había dado por eso. Luego con el boom me di cuenta que ya había leído lo que la gente quería leer. Novela policial empecé a leer un poco con el boom de los noruegos: Larsson (Stieg) y otros. Soy un lector compulsivo. Como buen adicto que soy, todas mis adicciones son grandes. Tengo un libro en la mesita de la cama, otro en la cómoda del salón…

(Un conocido interrumpe y le hace un comentario al Dani el Rojo sobre sentarse de espaldas a la puerta)

Mira, tengo tres puñaladas en la espalda solo por eso. Yo estaba sentado así mirando el fútbol, me dieron tres puñaladas en la espalda. Y fui a por ellos.

Pero lo que vas a escribir ahora sí va a ser novela policial.

Sí, sí, ahora sí. Es que he firmado dos contratos. Lo próximo que haré son tres novelas de un mismo personaje que he creado. Y sí, es ficción, es una novela policial negra, pero desde el punto de vista del delincuente.

O sea que en vez de investigación, hay un golpe.

Exactamente, es como piensa el delincuente, y es la vida del delincuente, pero claro que hay policía, y hay policía corrupta, que es la verdad. Creo que yo tengo más ventaja que los que escriben policiales porque aunque yo ahora estoy creando un personaje, sin querer meto cosas que he vivido. No mías exactamente, pero claro, he estado 14 años en la cárcel con personajes que me han explicado muchas cosas. Tengo una imaginación basada en datos, así que creo que va a ser una novela que va a gustar. Y el público va a querer a ese personaje, porque es un atracador, pero es bueno. Para mí es un reto y estoy muy contento de hacerlo.

Hablaste de  la diferencia entre haber sido antes un narrador de tus libros y ser ahora un escritor.

Yo no pensaba en escribir mi vida. Cuando Salí de la cárcel mi miedo ya no eran las drogas, mi miedo era sobrevivir con un sueldo, entonces lo que quería era eso, encontrar un trabajo, encontrarme útil en la sociedad, porque yo había querido salir a la sociedad. Tuve la suerte de enocntrarme con una chica con quien enseguida nos quisimos. Ella tenía un trabajo, y me demostraba que vivía de su trabajo. Tuve la suerte de encontrar yo también un trabajo. Entonces no tenía pensamiento de escribir, estaba realizado ya: había dejado las drogas, estaba viviendo con una chica, sin delinquir, de puta madre, era lo que quería. Pero luego me metí a trabajar en el mundo de la música, con artistas. De estar con artistas he conocido a Escribano que era un productor de documentales de TV3, que es la cadena estatal de Cataluña, y Escribano me dijo que iban a hacer un documental sobre atracadores de los 80. La cosa es que empecé a trabajar en ese documental, en ese documental había un guionista (Lluc Oliveras) que iba haciendo el guion del documental. Y cuando terminamos el documental vino y me dijo: “Oye Dani, ¡que tu vida hay que explicarla! Y dijo la palabra clave. Porque yo le dije que nunca había escrito, y él me dijo: yo te lo hago gratis.

Estaba interesado de verdad.

El hecho que me dijera yo te lo hago gratis, a mí me dijo “Yo tengo ganas de hacerlo”. Por eso yo digo narrador, porque yo mis novelas las narré, me metí 3 meses con ese chico y las empecé a narrar. Toda era narrativa mía. He tenido una vida tan novelada sin querer que solo tengo que hilar. Y le agradezco también, porque si hubiera sido un escritor que se hubiera querido lucir literariamente, me la hubiera cagado. O a lo mejor no, no lo sé, pero yo se lo agradezco en ese sentido que él no haya ido de autor. En España decimos que lo hemos escrito a cuatro manos. Por eso cuando me dicen escritor, yo digo, no lo he escrito, lo he narrado. Pero ahora el cambio que hay de narrador a escritor me ha sucedido escribiendo artículos del diario sobre el sida, por ejemplo. Ahí ya los empezaba a escribir yo, me han llamado también para hacer alguna conferencia sobre drogadicción, también las preparo yo. Entonces he empezado a escribir, a hacer el esfuerzo de aquello que vas a contar, escribirlo.

Te vas transformando en un escritor.

Exactamente. Y a la vez por ir rodeándome de escritores, porque voy a festivales de novela negra, estoy en todos invitados, porque claro, soy casi la estrella. Yo me presente en el Gijón y gané el Rufus por presentarme. En Barcelona negra como no voy a estar, estoy ahí adosado, no tengo ni que apuntarme. Entonces por estar rodeado de toda esta gente que me ha ido animando. Y también el hecho de que una editorial potente me pida que sea yo el que lo escriba. Te toca el ego, y encima dinerito, pues ostia, lo voy a intentar. Con ayuda de editores, etcétera, no soy gilipollas, pero lo voy a hacer yo. Y después de las novelas estas, que serán genero novela negra total, tengo firmado con ediciones B. No será una novela negra, será como un libro de autoayuda sobre adicciones. ¿De qué voy a hablar, si no de lo que sé? Pero eso ya será para el verano que viene. Tengo esa intención.